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Hola, Carlosés.
Tengo 31 años, vivo sola. Trabajo.
Hace cinco meses conocí de una forma muy tonta a un chico en la piscina. Era mi profe de natación, nos hicimos miraditas, intercambiamos móviles y quedamos.
En la primera cita no me maravilló. Es un chico muy sencillo, tiene 40 años pero vive con su madre porque su situación de precariedad social no le permite otra cosa, nunca ha tenido novia, poca conversación, poca profundidad en las conversaciones, poca sensibilidad. Simpático, guapo, agradable. Adicto al consumo de hachís desde los 16 años hasta los 37.
Tras vernos por primera vez, tuve muchas dudas sobre si volverlo a ver o no, pero me generó mucha ternura que él enseguida mostrara interés en volver a verme y enseguida me escribiera para quedar. Así que accedí a una segunda cita y a lo tonto, a lo tonto, fui entrando en una historia de citas casi diarias, muchos besos y mucho sexo (más satisfactorio para él que para mí, por cierto).
También fueron apareciendo sentimientos.
En general, la relación era insatisfactoria para mí. Siempre me sentía frustrada. Apenas hablábamos de nada. La diferencia cultural nos dificultaba meternos en temas mínimamente complejos y cuando lo hacíamos yo acababa adoptando el rol de profesora, que me resultaba lamentable. Tampoco le gustaba hablar de emociones porque según él, no tenía experiencia y no podía opinar. Asimismo, apenas hablábamos de nosotros mismos, de nuestras vidas pasadas, familias, conflictos… de esto hablaba más él porque yo le preguntaba, quería saber, pero él a mí jamás me preguntó por mi familia, amigos, ex parejas y una vez que le conté algo importante de mi pasado, se quedó dormido.
Pocas cosas le hacían ilusión. Intenté organizar un finde en la montaña, me puse a buscar alojamientos y él no solo no me ayudó sino que ni siquiera me volvió a preguntar por el tema ni a hacer alusión a él, así que desistí y nunca más volvió a acordarse. También le invitaba a veces a dormir a casa, compraba la comida que le gustaba, intentaba no descuidar ningún detalle y jamás sentí que lo valorara lo más mínimo. Por supuesto, cuando yo iba a su casa jamás se molestó en tener el detalle de comprar algo para mí (aun siendo yo vegetariana y teniendo, por tanto, mis limitaciones con la comida). Tenía feos conmigo miuy infantiles: una vez compró dos plantas, una para su madre y otra para mí, y me pidió explicitamente que me quedara yo con la más deteriorada para darle a su madre la más vistosa (siendo mínima la diferencia).
Pero yo me aferraba, como a una droga, a sus palabras cariñosas (muy escasas, pero las había) así como los pequeños detalles que tenía conmigo. Me decía que yo era lo más bonito que le había pasado, que yo era su primera relación, que nunca habia querido tanto a alguien como a mí... y todo eso, me generaba un placer indescriptible.
Podíamos pasar una tarde entera absolutamente vacía (conversaciones banales, enseñándome sus próximas compras en apps de segunda mano, hablándome de lo mucho que le costó elegir coche…) pero de pronto todo me valía la pena si me decía que me quería o cualquier otra cosa cariñosa
Para mí el sexo no era más que una moneda de cambio para obtener lo que viene después: el abrazo, la ternura, las expresiones de amor. Si bien esto casi nunca ocurría porque solía quedarse dormido inmediatamente. Y yo me quedaba sola, mirando al techo de su habitación de la casa de su madre y preguntándome: ¿qué hago aquí?
Así fue llenando horas de mi vida. Nada más levantarme pensaba en él, enseguida nos mandabamos mensajes por la mañana, a la salida del trabajo, por la noche. Quedábamos casi a diario; yo me adaptaba a su horario laboral e iba a verle de noche con la consiguiente pérdidas de horas de sueño que a mí me suponía ya que madrugo un montón. Pero me daba igual, a cambio de ese rato de besos y alguna que otra palabra que me hiciera sentir bien.
Por otra parte siempre era muy comprnesivo conmigo. Se alegraba si hacia planes con otras personas, respetaba mi espacio, no se molestaba si cancelaba los planes con él. En este sentido, era infinitamente más sano y cuidadoso que yo. Yo sí sentía que necesitaba más atención.
El caso es que así iba todo, hasta que empiezan a aparecer conflictos, todos motivados por mí. Me quejo de su inatención, me quejo de su falta de ilusion ante los planes, me quejo de su falta de motivación, me quejo de que se duerma constantemente cuando tenemos tiempo para estar juntos, me quejo de que solo le veo ilusionado con los planes que le proponen sus amigos… todo ello escalonadamente en el tiempo.
Estas quejas derivaban en conversaciones tensas en las que yo le exponía mi frustración y él, aparentemente, lo entendía, me decía que eran fallos debidos a su inexperiencia en relaciones y que quería aprender conmigo a hacer las cosas mejor. Estas ¨peleas” solían acabar bien. Muchas veces yo me disculpaba si mi exigencia era inadecuada o mi paciencia poca. Tras ello, aostumbraba a decirme que estas situaciones le unían más a mí porque nos permitía conocernos y acoplarnos.
Sin embargo, en la última semana, se juntaron varias de estos conflictos. Y lo que es peor, expresé celos hacia una amiga suya con la que siento que tenía muchísima más complicidad que conmigo.
Después de esto se mostró raro y distante conmigo, dejó de escribirme como solía hacer y acabño confesando que tenía dudas sobre si quería seguir conmigo o no.
He vivido un calvario de 72 horas esperando a que se decidiera. Ayer le llamé, me dijo que sí quería seguir, que no estaba seguro, que sí, que no sabía, que no podía perderme, que se pasaba el día llorando, que no, que sí…. Y quedamos en vernos hoy por la noche porque consideraba que verme le daría fuerzas para retomar la relacion.
Sin embargo, creo haber entendido en todo esto, que le he colapsado. Que no he sabido asumir las diferencias abismales que existen entre nuestras formas de ser y en mi terca manía de querer mantener la relación he intentado cambiarle una y otra vez hasta que el chico ha explotado. Entiendo que no tiene solución.
He llorado muchísimo estos días. Echo mucho en falta verle. Pero sé que no tiene solución.
Asi que esta mañana le he llamado y le he dicho que no se preocupe, que ya no tiene nada que decidir, porque ya he decidido yo seguir mi camino sin él.
No lo hago porque quiera dejarle. Yo seguiría intentándolo. Somos my diferentes pero quizás con trabajo hubiera podido adaptarme. Intentaría acoplarme más a él, tener más paciencia, comprenderle, respetarle… pero sé que él no puede más y sus dudas solo son una forma de postergar lo inevitable porque a él también le da pena.
Siento mucha culpabilidad. Ojalá hubiera sabido adapatarme a él porque, por encima de todo, es una persona increible.
Hoy comienza mi contacto cero estricto. Le he bloqueado de todo y he borrado su número. No tengo forma de contactarle ni aun queriéndolo en pleno arrebato febril. En las últimas 48 horas no he hecho nada más que llorar. Hoy, desde el inicio del contacto cero, me siento bastante aliviada y liberada. Supongo que tendré bajones, pero siento que voy por la línea correcta.
Mi duda principal es, ¿por que he generado tanta dependencia de una relación que realmente no me llenaba? ¿por que no supe alejarme en vez de quedarme ahí jodiéndole al ver que no me satisfacía? ¿por que lo he hecho todo tan mal? ¿que dice todo esto de mí?
Muchas gracias,
un saludo.
hola alunizaje 🙃 te comento algunas cosas; es importante que leas los enlaces en negrita, contienen información que te ayudará:
¿por que he generado tanta dependencia de una relación que realmente no me llenaba?
porque te has obligado a que te llenara; porque a pesar de que tú no sentías lo que debías te obligaste a seguir ahí, por si acaso, por pereza, o porque mejor mal acompañada que sola 😔
en 2006 conocí a una chica, una noche de verano. cuerpazo, salerosa, con un toque fresco, total que me gustó, quedamos un par de veces, y en su casa, una noche, sin haber pasado nada aún, tomamos algo, nos fumamos un canuto, nos pusimos a hablar y yo me solté a mi estilo
no recuerdo de qué hablé, pero creo recordar que la cosa era bastante profunda; ella estaba echada en el sofá, mirándome. volví la mirada y vi a una chavala que, en realidad, tampoco me gustaba tanto supongo porque perdió todo su atractivo cuando vi que no me podía seguir el rollo; yo le decía "y sobre esto, ¿qué piensas?" y ella decía "ah, nada, no sé, estás hablando tú". y con ese "habla, habla" me pasó lo que a ti, me puse en un modo profesor que me aburría, pero a la vez me enternecía; era un punto triste, como compasivo, con pena por pensar en dejar a alguien que parecía tan interesada en mí... ¡me sentía importante, supongo!, en fin, un descalabro
resumen del drama: estuve siete años con esa mujer; a nivel emocional, los más vacíos de toda mi vida 😓. con el tiempo, el puntito ese de poner cara de póker se fue acompañando de bostezos y silencios difíciles; lo que realmente yo era, estaba claro que a ella no le interesaba 🤷♂️
con el tiempo me di cuenta de que yo necesitaba a una persona para no estar solo, y ella igual. al final sólo estaba a su pelo, a su culo y a telecinco, pero para entonces ya era demasiado tarde para hablar las cosas, me había metido hasta la cocina sin haberme dado ni cuenta
a los dos años de estar juntos presenté mi primer libro, y hubiera sido un buen momento para dejarla porque aparecieron en mi vida muchas mujeres con las que era tremendamente afín... pero seguí divagando en aquella relación vacía, dónde sólo había cariño y poco más
te cuento todo esto porque recuerdo con total nitidez aquella anécdota del principio, la cara de póker, de puro vacío. sólo llevábamos tres días viéndonos, pero hubiera sido un buen momento para no continuar. si a día de hoy llegara a caer junto a alguien similar, le diría "tengo que irme ya, hablamos", y no volver a vernos. estaba con alguien sin cultura, con alguien que no se había leído un puñetero libro en su vida 😕, pero, como te digo, recuerdo aquella cara porque me sirvió como lección para no volver a estar con alguien con la mirada vacía
porque me juré no volver a a traspasar la línea de la dependencia disfrazada de compasión 👈
la historia es que me obligué a estar junto a alguien con quien no tenía afinidad, alguien con quien nunca conecté, a quien nunca admiré; vivíamos juntos sin tener una mínima conversación profunda, no teníamos objetivos en común y el sexo, pf, pues un poco de pegatina, sin amor. y así era todo en mi vida, trabajos ingratos, círculos de amistades donde era alguien que no soy, en definitiva, relaciones de mierda que reflejaban el amor que sentía por mí
esa era la clave de todo este asunto, no quererme, y preferir estar con gente vacía. obligarme a permanecer en relaciones que reflejaban mi falta de amor. y si no yo no abandono algo de lo que dudo, estoy dudando de mí como ser autodependiente; si dudo de estar conmigo a solas me tengo por un minusválido emocional, alguien que necesita apoyarse sobre otro alguien para dar sentido a su vida
yo busqué ese sentido en el tipo de relación que había tenido con mi primera novia; no quería estar solo, y sólo sabía querer de una forma, muy pobre y limitada, parecida a la del tipo este que ha estado contigo; dudaba de mí, y necesitaba que alguien confirmara mi valor
lo peor es que cuando buscas que reafirme tu valor una persona que consideras que no está a tu altura, tu valor queda a la suya 👈🫣
no sentir amor por tu forma de vivir, por tu trabajo, por tu pareja, convierte tu vida en un drama; al no conocerte y no estar en tu frecuencia, resuenas con personas en bajas longitudes de onda que se comportan, básicamente, como agujeros negros, más comúnmente conocidos como sanguijuelas o vampiros emocionales. gente muy inconsciente, aún en una burbuja que sólo rompe la pérdida como esta que está viviendo ahora contigo; él no lo sabe porque se aboca a un amor ciego por la chica esta que te da celos, que es por quien te ha sustituido, pero pronto se enfrentará a su verdad
comprendo, como te digo, que hayas estado en una relación que no te importe mucho, porque yo hice lo mismo, lo puedes leer en ese enlace, pensando que las cosas en pareja eran así, estar por estar. también comprendo que te haya dolido que te deje, pero sobre todo saber que eres tú quien ha provocado esta situación de dependencia, por bajar tu frecuencia estando en una relación con una mala conexión sexual
sobre tu pregunta, entonces, es sencillo:
En la primera cita no me maravilló. Es un chico muy sencillo, tiene 40 años pero vive con su madre porque su situación de precariedad social no le permite otra cosa, nunca ha tenido novia, poca conversación, poca profundidad en las conversaciones, poca sensibilidad.
y a partir de aquí, tras darte cuenta de que el tipo no te maravillaba, toda la responsabilidad es tuya; no voy a citarte todas y cada una de las cosas que hiciste para quedarte a rebufo, pero ahí está el problema: en el número de veces que intentaste sentir algo diferente a lo que sentías, haciendo de tripas corazón como se suele decir
fabricaste tanto corazón pocho con tanta tripa, que reforzaste profundamente un patrón inconsciente de desmerecimiento; tanto así, que aún hoy día sostienes esta desafortunada falta de perspectiva:
por encima de todo, es una persona increible.
no sé con cuánta gente has dado, pero un tipo sin cultura, que sólo te habla de pedos y de mierda, que te folla regulinchi y se queda dormido; que vive con su madre con 40 años y pretende suplantarla contigo obligándote a ser la esposa wendy, un tipo así, como te digo, no me parece que sea "una persona increíble"
vamos, es que ni tú te crees esto que has dicho 😣
esa falta de perspectiva, de conformarte con poco, viene de un patrón de rechazo que tendrás en alguno de tus niveles; se habrá replicado en una relación pasada [de la que no has hablado nada] en la que, con total seguridad, fuiste víctima; ya de soltera, para dejar de serlo, te pusiste en modo verdugo, básicamente porque huías del sentimiento de entrega, de víctima en manos "de". así que, al no creer en el amor por asociar un comportamiento de dependencia, de entrega tóxica, con el verdadero amor, dejaste de creer en un amor que desconocías, y te pusiste en la frecuencia de escoger algo que no te removiera mucho por dentro, alguien con fallitos para evitar que la perfección te recordase miedo a la pérdida
así, de esta forma tan rocambolesca, acabaste junto al tipo este "increíble", escuchándole hablar del gran esfuerzo de elegir las prestaciones de su coche 👏👏👏
¿por que no supe alejarme en vez de quedarme ahí jodiéndole al ver que no me satisfacía? ¿por que lo he hecho todo tan mal? ¿que dice todo esto de mí?
si no crees en ti, en tu verdad, y nada más ver algo que no te gusta, un gesto, una actitud, una carencia, lo que sea, decides "intentarlo un poco más" a ver si se alinean los astros y el tipo sin cultura se vuelve un erudito de la noche a la mañana, si no te haces caso y remueves la 💩, pues pasa esto
cuando te mientes a ti misma, y piensas "ay, qué exigente soy, tengo que darle una oportunidad, no todo el mundo es tan intelectual como yo, tengo que adaptarme, si le dejo me estaría equivocando, es tan buena persona", y tras cada episodio con patinazo tú haces por echar un remiendo y consolarte en plan "bueno, el mercado está tan mal que yo me quedó aquí", lo lógico es que pase el tiempo y te vayas hundiendo más y más en el fango de una relación sin alma como la que has vivido 🤷♂️
lo digo muchas veces, me lo dije a mí y se lo digo a cualquiera que me pregunta sobre esto: hay que creer en el amor, pero el amor romántico, de toda la vida; el de hablar en silencio mirándose a los ojos
el amor que existe, cuando existe en ti 👍
si realmente quieres amor en tu vida, no busques otra cosa. no busques una versión "lite" con menos características porque todo eso que falte, con el tiempo, se convertirá en una brecha insalvable por la que se colará toda tu energía
ahora mantén un contacto cero de libro, puedes seguir toda la información que dejé en este enlace. necesitas tiempo a solas para reflexionar sobre tu energía, tus tendencias, los patrones que te han llevado a resonar con una relación como esta; si quisieras saber más y conocerte, puedes trabajar un encuentro conmigo 🙏
a partir de ahora, recuerda: si exiges amor de verdad para tu vida, el amor de verdad acabará llegando a tu vida. no te conformes con poco, pide mucho, porque así te estarás dando lo que mereces y ese amor propio desbloquea el que te dan
ánimo con tu decisión, porque abrirá un nuevo ciclo y una nueva forma de ver la vida; ah, una cosa más sobre esta chica: después de dejarla se tatuó la frase de frida kahlo: «donde no hay amor, no te demores»
quizás esta frase te ayude, como a mí, a escuchar un poco más al corazón 💗
mucha, mucha fuerza ✨
Carlos,
muchísimas gracias por tu respuesta. Me has ayudado a entender mucho de lo que ha ocurrido. La estoy leyendo varias veces al día desde que me la escribiste y siempre extraigo nuevas conclusiones y enseñanzas.
Curiosamente, el día que me respondiste, volviendo a casa del trabajo me estaba esperando cerca de mi portal. Intenté pasar haciéndome la distraída pero me llamó. Me paré de soslayo, expresando ya con mi actitud corporal que no pensaba demorarme. Me preguntó algo que no recuerdo, algo típico para romper el hielo, rollo "¿que tal?" y respondí: bien, gracias, pero tengo prisa. Y continué mi camino sin volver atrás.
Sé que pude hacerlo gracias a que previamente había leído tu respuesta y tus recomendaciones sobre el contacto cero. Nunca antes me habían tanteado, es algo bastante perturbador, desata muchísima fantasía... pero cuando tienes clara la naturaleza del tanteo y de qué está hecho...entonces solo hay una salida posible.
Muchísimas gracias. Es probable que a finales de esta semana o la semana que viene te contacte para un encuentro.
Un abrazo.
Hola Carlos y saludos también todos los lectores y lectoras del foro,
tres días después de escribir mi mensaje aquí, se me dio la oportunidad de irme a la playa con familiares, pude apañar las vacaciones en el trabajo y me pareció buena idea para desconectar.
Lo cierto es que no fue un desastre absoluto, he tenido buenos momentos, pero verme llena de días sin rutina ni obligaciones tampoco ha sido lo mejor para mi cabeza. Las mañanas eran lo peor, se me hacía durísimo enfrentarme al día, a la luz, a la ausencia. Me encanta ir a la playa y tirarme a leer en la arena horas y horas, pero este año las rumiaciones apenas me dejaban leer unas páginas seguidas. Tenía que parar, pensar, tratar de resolver esa angustia que de pronto se me clavaba dentro (sobre todo culpabilidad, ¿por qué hice esto?, ¿por qué aquello?) y luego intentaba continuar, si bien a veces este proceso me llevaba horas. Ha sido agotador. Me he apoyado mucho en tu mensaje para salir de estos bloqueos.
La vuelta a Madrid, sin embargo, la he sentido como un empujón hacia delante. Estamos a tope en el trabajo y durante las horas que estoy allí no me acuerdo de él casi nada, me divierto con mis compañeros, aprendo… Ha sido un inmenso respiro para mi cabeza, las rumiaciones han desaparecido. Tengo momentos de darle alguna vuelta a algo pero ya no es ese círculo incontrolable.
Sin embargo, a la vuelta del trabajo, suelo encontrarme su coche aparcado en la puerta de mi casa o a escasos metros de modo que me es inevitable verlo. No sé por qué lo hace, jamás durante la relación había aparcado ahí (tiene parking en su lugar de trabajo, además de todo el barrio disponible si lo así lo desea) y ahora es rutinario. Esta nimiedad, esta maldita gilipollez, me hace daño. Le doy vueltas a los porqués. Me tienta a bajar haciéndome la encontradiza a la hora que vuelve al coche (aunque no lo he hecho ni lo haré, de hecho a la hora en cuestión no me suelo ni acordar). El primer día me asomaba a la ventana para mirarlo, qué absurdo, para mirar el coche.
Lloro casi a diario. No mucho. No desesperadamente. Pero a veces me vienen flashbacks. En una de las últimas conversaciones me dijo que para follar podía contar con él siempre. Me impactó tanto que no pude responder. Esa frase se me viene mucho a la cabeza y me induce el llanto de forma instantánea, es como un puñetazo en el estómago. Otras veces son recuerdos agradables los que me emocionan. Cuando las lágrimas brotan las dejo circular hasta que el proceso llega a su fin y el alivio es bastante notable.
He vuelto a correr. Lo abandoné hace un año tras seis años corriendo y empecé de nuevo antes de ayer. Disfruté mucho, no me fue complicado reiniciarme y además me permitió sentirme bien conmigo misma, a solas, en el rato que solía estar con él.
Sin embargo, hoy le he visto y me he sentido profundamente débil, temo haber retrocedido. He tenido la mañana libre y me he ido a la piscina de verano de mi polideportivo (donde él trabaja por las tardes). En mi casa el calor es insoportable y llevo años bajando a esa piscina, que me encanta, cuando tengo la mañana libre. Siempre ha sido mi plan solitario veraniego por excelencia.
Pensaba subirme a casa bastante antes de su hora de entrada pero cuál es mi sorpresa que cuando he entrado, me he acomodado y me he relajado, de pronto veo que está trabajando. La distancia era suficiente como para poder hacerme la tonta. Él también me ha visto, aunque no hemos llegado a cruzar la mirada. Superados los nervios iniciales, he intentado continuar con lo que iba a ser mi mañana de piscina: leer, bañarme, escuchar música… y me he ido cuando tenía previsto. No he podido disfrutar de nada. Solo pensaba en él.
Últimamente ya era incapaz de recrear sus gestos, los había olvidado. Verle me los ha refrescado y me fastidia porque su físico, su voz y su gestualidad tienen un enorme poder de sugestión sobre mí. Me inducen a imaginarle de un modo que no es, a pesar de que le conozco.
Huelga decir que no ha habido ni el más mínimo acercamiento por parte de ninguno de los dos.
Me da vergüenza reconocerlo y me entristece ante mí misma, pero una parte de mí que a veces es monstruosamente grande (y otras veces logro hacer pequeñita) solo desea que me contacte, que venga, que me busque, que se haya arrepentido… Qué dañino es desear esto. Entiendo que refleja una falta de amor propio de dimensiones estratosféricas. Que desear que vuelva a tu lado alguien que no te quiere, alguien que te deja, alguien que te saca de su vida, es prácticamente un acto autolesivo. Y no solo eso, también es un autoengaño brutal que refleja falta de aceptación de la pérdida, porque la vuelta nunca sería por amor. Pero imagino también que el amor propio no se reconstruye de la noche a la mañana y si acabo de salir de una relación absolutamente insatisfactoria en la que cada día de la misma ha sido una acto de profundo autodesprecio entiendo que mi problema no es precisamente leve...así que supongo que, dado que estoy en el camino, aun es lógico tener esos pensamientos.
Ni siquiera sé bien qué echo de menos. No es el cariño (no era cariñoso), no es el sexo (cada vez era más violento, pronográfico y deshumanizado), no es la conversación (no había), no es su generosidad (era muy tacaño), no es el ocio en común (no teníamos ninguna afición conjunta)… es la vidilla de tener sus mensajitos a todas horas, el placer de la fantasía. Yo quería amar a alguien, simplemente, fantaseaba con ello y él era, digamos, el intento de materialización de esa fantasía. Quería volver a sentir amor y lo forcé desastrosamente con la primera persona que se me puso a tiro, pasando por encima de todo, pasando por encima de mí misma, como si las cosas funcionaran así. Qué ingenuidad a mis 31 años. Esto no me había pasado jamás. Siendo mucho más joven tenía la capacidad de cortar una relación cuando las cosas no me cuadraban y a otra cosa, mariposa. Y ahora me veo asintiendo con una sonrisa a un chico que critica mi físico, me dice el qué y cómo debo depilarme, o se queja de que su madre no limpia bien su cuarto (todas estas cosas quizás no tengan el mismo valor para todo el mundo, pero en mi caso son situaciones que jamás hubiera pensado que yo podría tolerar ni aun queriendo). Ahí me veo, diciéndome “aprenderá”, “comprenderá”, “tú también tienes defectos”. Es que no me reconozco, me siento sucia, me siento traicionada por mí misma. Y si no me llega a dejar, ahí hubiera seguido a saber hasta cuando.
Como te dije en el primer mensaje, me gustaría trabajar contigo. Conocí tu trabajo en el 2013 a raíz de una ruptura sumamente dolorosa a mis 23 años. Leía mucho tu foro, aprendí los conceptos de “contacto cero”, “profanación de lugares sagrados”, “tanteos” que me han acompañado siempre. Luego te perdí la pista varios años y hace un tiempo te volví a encontrar, antes de esta situación, haciéndome mucha ilusión que hubieras abierto otro foro; ya sé que la dinámica es distinta, he leído tus explicaciones en otros hilos.
He visto en la web cómo debemos proceder para tener una sesión personal contigo y solicitaré el encuentro en los próximos días si a ti te parece bien y tienes disponibilidad.
Por cierto, gracias por la frase de Frida. He pensado mucho en ella. Y justo al volver de las vacaciones descubrí que hay una exposición suya en La Casa de México, en Madrid, que voy a visitar esta tarde.
Un abrazo.
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