
me di cuenta en mi primera relación, con 18–19 años; estaría con aquella persona siete años más, hasta los 25, sin que ella hubiese estado nunca enamorada de mí; era un reflejo de mi amor propio, totalmente ausente, que resonó con una persona necesitada, aún más dependiente que yo, que expresaba sus carencias, sobre todo en el plano económico
quizás por esto quien de los dos siempre tuvo dinero fui yo, porque inconscientemente sentía que podía corresponder, lo que yo pensaba que me faltaba, a golpe de tarjeta; quería tapar todas las carencias, sostener aquella relación, aunque fuera sin amor, y como no podía hacerlo, o no sabía que podía hacerlo con otra cosa, lo hice con dinero
por eso fui yo quien pagó salidas, cenas y vacaciones, y por eso fui yo quien, después de que me dejara por otro tipo, siguió pagando al banco parte de la deuda que nunca me devolvió
vivimos años como pobres, porque yo quería disfrutar de mi dinero, pero se me iba todo en costearle su vida; después quedaba con sus amigas, se iba de copas, o hacía un viaje a tenerife detrás del tipo del trabajo que le gustaba
me permití vivir con un virus en mi vida; ella hizo lo que sentía, por supuesto, y perdoné hace tiempo su comportamiento inconsciente porque me ayudó a abrir los ojos a esa estúpida complacencia hacia los demás, y me ayudó a dejar de esforzarme en dar sin recibir
servía a los demás por un objetivo, por una finalidad. siempre quería algo concreto. no lo hacía por el gusto de ayudar a otra persona, lo hacía esperando a obtener algo a cambio, así que, por lo general, esas personas que daban algo, quizás mucho menos de lo que yo les daba, se acostumbraban a la mecánica, obtener mucho por poco, y cuando les dejaba de servir, me exigían; y como ese comportamiento se reforzaba en el trabajo, donde podían exigirme como a un siervo, seguía viviendo el dolor de servir sin retribución en todas partes
trataba al mundo, a las personas, como objetos que podía comprar, para justificar que yo quería venderme
una vida sin sentido
al tiempo, dejé de ser un siervo en mis relaciones, y empecé a servir sólo si me servían. podía hacer de niñero, cocinero, y prestamista durante el día, si al llegar la noche, o el fin de semana, la persona del otro lado me correspondía con amor; aprendí a quererme y respetarme, obligando a los demás y a mí mismo a mantener relaciones de respeto, de equilibrio, sin los «yocreía»
desde entonces te sirvo, pero no soy tu siervo. te sirvo por el placer de ayudarte a que consigas algo, para cambiar tu vida a mejor, pero sin esperar nada a cambio ya que soy yo quien inicio el ofrecimiento; a partir de ahora, si decides iniciar un ofrecimiento de servir, hazlo por el mero hecho de servir a otra persona, que es realmente lo más importante de la vida; comprendo, por supuesto, que una relación sentimental donde los dos ofrecen al otro, deben mantener esa correspondencia, cumplir con su ofrecimiento, sin dejar de dar haciendo que el otro se convierta en esclavo
ayuda sin esperar nada, porque sólo así dejarás de ser un siervo, una sierva, y empezarás a servir a la humanidad