con mi primera ruptura sentimental creí volverme loco; cometí el fatal error de atascarme en el drama, y fui buscando respuestas en los demás, cuando sólo estaban en mí

empecé contando a la gente más cercana mi problema; mala decisión: aprendí, gracias a eso, que las personas que más me iban a ayudar serían las que menos me esperaba

conocí a gente que había pasado desapercibida para mí, que iban a darme muchísimo más que toda esa gente en la que confiaba; sencillamente, en quienes había depositado mi confianza se limitaron a decir «ah… bueno, nadie se muere de eso» o «si a mí me dejan, me vengaría», y otras chorradas habituales en personas que no habían pasado por un duelo

el discurso, al comienzo de mi búsqueda, empezaba con una pregunta tipo «¿volverá? y acababa, gracias a toda esa gente que me malayudaba, en culpar a mi ex por haberme dejado

ella se lo pierde, pensaba
luego, al rato, al día siguiente, volvía a lo mismo
culpar fuera no era la solución

la verdadera solución era responsabilizarme de mi propia vida; lo que no podía hacer era resolver mi problema en la misma frecuencia en el que lo creé, buscando consejos en personas que habían llegado precisamente por mi problema

las personas que me rodeaban eran, evidentemente, personas que formaban parte del entramado vibrante de mis pensamientos de dependencia, de carencia; es decir, nada de lo que me rodeaba podría responder a la nueva búsqueda a la que la vida me había arrojado

con estas reflexiones llegaron personas con una perspectiva mucho más madura y consciente que la mía, haciéndome ver dónde me había metido… pero ya era tarde: habían pasado unos meses y mi mundo, formado por las personas que siempre habían estado a mi lado, se dirigían a mí compadeciéndome, haciéndome más daño:

¿cómo estás? aún tienes mala cara
estabas hecho mierda la última vez, ¿cómo vas?
¿has podido hablar con ella?
¿volviste a coger peso?
¿qué pasó, sabes algo?
no te preocupes, aunque ya no te interese volverá
tú no te mereces estar solo...

en fin, clichés, cosas que solemos decir por cosas que hemos escuchado al ver sufrir a otros

cosas que me bloqueaban, me impedían seguir adelante

en la hora que se me ocurrió hablar de mi problema… ¡todos me lo recordaban constantemente! ¡no salía de ese bucle, los demás seguían alimentando el drama del que les había hablado!

lo peor fue querer darle la vuelta a la tortilla inventando situaciones nuevas, hablando de parejas ficticias y de que todo me iba estupendamente; aquellas mentiras me hicieron sentir aún más vacío

querer dejar de dar lástima y generar una falsa admiración, hizo que, con el tiempo, me diera aún más lástima a mí mismo

el campo cuántico está continuamente respondiendo a lo que emitimos. si emitimos duda, obtendremos duda; si emitimos certeza y confianza, recibiremos certeza y confianza. la imagen que damos al mundo es la que nos sostiene, así que comprendí [de una forma bastante amarga, porque temía abandonar mi dependencia] que debemos dar a los demás una razón para que nos admiren, no para que nos lloren

tener muy en cuenta que la imagen que tengan de nosotros será la que retroalimente nuestras emociones, ahora y siempre ✨

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