estamos despertando, de eso no hay ninguna duda; la muestra más evidente son todas las expresiones que florecen, a cada segundo, en cada rincón del planeta

sin embargo, hemos confundido la expresión, el objetivo, el propósito de vida con una especie de misión divina que, por lo que respecta a lo que somos, a lo más esencial, es del todo  irrelevante

no vivimos para cumplir con un propósito; eso sería como decir que vivimos para trabajar, y no es así. vivimos, en realidad, para experimentar la vida

los momentos, cada instante de la existencia, son las piezas de nuestro rompecabezas emocional, los que generan las formas, los recuerdos que definen nuestras emociones y, por tanto, la única razón de nuestra existencia 🤷‍♂️

comprendiendo esto, toda imposición egótica de cumplir con un camino, de encontrar nuestra expresión como si fuera un mandato mesiánico, deja de tener sentido, y sólo queda la irrefutable condición de que vivimos únicamente para ser felices, para aceptar lo que somos, aún mejor, lo que sucede mientras somos y, por tanto, la expresión resulta ser únicamente la forma en la que nuestro cuerpo y nuestra mente se ponen de acuerdo, la energía fluye, y el disfrute crece

un lema que me ha ayudado a enfocarme, a definirme pero, sobre todo, a comprender que estoy aquí para aprovechar lo que me hace feliz, es que sólo existe aquello en lo que ponemos nuestra atención; sólo existe eso en lo que ponemos nuestro foco, la energía crece al concentrarnos

por eso, es vital hacer crecer la energía de lo que más queremos, porque es el único camino hacia la verdadera felicidad

vive de acuerdo a tu expresión, pero sólo para sentirte bien mientras te expresas; quizás, entonces, comprendas que no hay mejor misión para tu vida que esa

mucha fuerza ✨