saṃskaras

la cuestión que implica el encierro en este universo mental en el que vivimos [a veces asfixiados y sin rumbo fijo], es que cada señal del cerebro tiene un efecto sobre el cuerpo, así que basta recordar o imaginar algo para crear cambios en el cuerpo, desde acelerar la frecuencia cardíaca, provocar una erección o ponernos los pelos de punta

esto significa que el cuerpo siempre responde a estímulos mentales, sin importar si esos estímulos están siendo vividos o recordados

si no vives la vida que sucede sino que vives la vida recuerdas, emites señales sobre algo que sucedió en otro momento pero tu cuerpo entiende que está sucediendo ahora; pudiste, por ejemplo, sufrir algo en tu infancia, hace mucho tiempo, pero si lo revives [y te emocionas] muchas veces [incluso de forma inconsciente], mantienes a tu cuerpo en alerta y generas más problemas de los que imaginas

cuando tu mente disuena y tus dos hemisferios están desequilibrados por estar rechazando el presente, tu mente emite pulsos electroquímicos erráticos que pueden generar disfunciones en tu cuerpo

esas disfunciones surgen por pulsos irregulares, es decir, todos esos rechazos, desequilibrios de la mente que se transforman en patrones de pulsos que afectan al caudal energético del cuerpo

cuando ese caudal, el kundalini, no tiene una vibración elevada, podría semejarse a un grifo estropeado del que salen pocas gotas y sin un ritmo fijo

carencias, que acaban densificadas y generan distorsiones
disfunciones que afectan al tejido físico

los antiguos yoguis decían que la mente es como un lago, y que tener pensamientos es como dejar caer una piedra: al caer sobre la superficie, el pensamiento se va hacia lo profundo irradiando ondas, vibraciones que alteran su orden

de la misma forma, toda vibración mental, los pensamientos activados por el cerebro límbico transformados en emociones, brotan a a partir de tus creencias, tus afirmaciones y negaciones, y se convierten en vibraciones que infieren en tu cuerpo físico y construyen tu personalidad

todo lo que no aceptas de ti, tus traumas y microtraumas, son configuraciones de espacio-tiempo en las que la mente se ha quedado dando vueltas, intentando dar solución al drama, generando disonancias

el tratar de poner orden todos esos desequilibrios provoca que se ignore lo que ahora sucede, el presente, y se pierda el control; ahí es cuando surgen las distorsiones, células vibrando en desequilibrio en el cuerpo físico

sin duda, el término distorsión define muy bien lo que ocurre en el cuerpo cuando el pensamiento se vuelve inestable

al final, lo que la ciencia yogui acuñó como saṃskaras, parece ser un término realmente acertado para esas huellas, ondas que impregnan tu cuerpo, y también tu personalidad.

emociones creadas por el cerebro, que disfuncionan células, músculos y huesos

las reacciones fisiológicas, las respuestas del cuerpo, se repetirán entonces cíclicamente construyendo acciones que se convertirán en raíces sutiles de futuras acciones

es decir, efectos que se convierten en causas

es así como nos metemos en un rollo interminable: causas que derivan en efectos, y efectos que retroalimentan las causas; lo que comienza con un pensamiento, prosigue con un hábito físico, se transforma en una señal fisiológica y vuelve otra vez a ser señal

el cuento de nunca acabar
cuerpo y mente atrapados en la rueda del karma

sobre esta realidad, la del cuerpo influido por el pensamiento y el pensamiento por el cuerpo, hay casos extremos, como el de maría isabel quaresma do santos; fue encontrada a los 9 años de edad encerrada en un gallinero en tábua [distrito de coimbra, en portugal]. había convivido toda su vida con gallinas, y se comportaba como ellas

se había convertido en una gallina más del gallinero

es el mismo caso, aún más grave, de sujit kumar, de islas fiji, que a sus 40 años sigue actuando como una gallina: aún no sabe hablar, vive con las piernas rígidas y flexionadas, picotea las paredes, y para dormir tiene que acurrucarse en un sillón, al estilo de todas las gallinas…

los cuerpos de estos niños sufrieron la acción de los saṃskaras, es decir, se transformaron en aquello que su mente observaba y creían ser, transfiriendo esa realidad a sus músculos, tendones y huesos

una verdadera cárcel hecha de karma

el trabajo para romper con los saṃskaras es detener el drama. trascender lo que pasó; si, además, trabajas el yoga kundalini, limpiarás las huellas que el drama haya dejado en ti

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